23 jul 2010

impunidad infantil

O a beber vino
para enjuaguar la garganta
de este corazon seco de tanto gemir.
V. Maikovski


estábamos acostados jugando un round de luchitas casi cósmicas, algo antes nunca visto.
yo estaba muerta por que me arrancara mi vestido turquesa y él gruñía como un león, como un león muy fucking zarpado. lo tenía completamente dominado, con los dos brazos amarrados por mi mano y sus piernas sucumbidas ante mis rodillas, le mordía los pezones y el cuello.
él con su piel hecha gallina trataba de resistirse, moviendo su pelvis mientras me gritaba insultos a toda voz.
de repente, se detiene y me dice: colemos una pepa!
yo lo miré en silencio, mientras pensaba woow! a este tipo le encanta todo esto y todavía quiere más placer, quiere rendirse ante lo más extremo del hedonismo. y conmigo. multiplicando los deseos recurriendo a los placeres más fuertes que puede ofrecer el cuerpo. no es suficiente mi cuerpo y su cuerpo llenos de deseo, él quiere llevarlo todavía más lejos y quiere tomarnos con toda la agudeza de sus sentidos y la agudeza de los sentidos de Hoffman. quiere volverse loco y perder la razón, desencadenando una fuerza que pasa por el exceso.
me reí por lo absurdo y hermoso de todo, de esa cama, de ese cuarto azul y sus estatuas, por todo, por mí y mis aventuras, que son pocas pero buenas.
y le respondí: yo no voy a mandar, creo que mis épocas lisergicas ya pasaron, pero te invito a colar y es más te incito a colar y a convertirte en mi títere. reinventaré tus sensaciones como nadie, te sacaré de tu mente cual carpa de circo. tú no sabes que es la locura pero ya lo sabrás.
de inmediato se levantó, sin camisa y con el pantalón abierto... regresó con su amigo de papel, se lo metió a la boca y me dijo: bueno ya colé, con un tono infantil, casi del niño que acaba de cometer un gran delito, una hermosa travesura pero escudado tras su impunidad lo afirma a toda voz.
yo me tire sobre ese niño y sin manos le arranque la ropa, tomé la botella de vino descorchada y a medio tomar y se la tiré encima. hermosa su piel de lunares llena de tinto, de tinto barato pero embriagador... me bebí su cuerpo y a él, él rugía sinestésico sin poder entender, cerca del amanecer empezó a llover y yo me moje bajo las gotas de las plantas del jardín. más vino, más noche, más de lo prohibido, más de lo indebido por excesivo. títeres de los hilos de la intemperancia, hermosa y deliciosa intemperancia.



(burbuja musical: presto en sol menor)

1 comentario:

Yuri Bec Zam dijo...

Todo suena tan prohibido y excitante... eso es normal, ¿no?
jajajaja